Trabajar con láser en cualquiera de sus campos de utilización comporta ciertos riesgos para la salud; la radiación que emite es susceptible de causar daños irreversibles en zonas tan delicadas como puede ser la de los ojos, ya sea por impacto directo, por radiación difusa o por una reflexión. De este modo, resulta necesaria una protección contra el láser específica que proteja completamente a aquel que lo maneja.
Medidas de seguridad contra el láser
Independientemente del uso que se haga del láser, la protección contra el mismo es la principal medida de seguridad que hay que tomar para trabajar con tranquilidad y estar a salvo de accidentes. Así, estas medidas serán unas u otras en función de determinadas características a tener en cuenta:
- Tipo de láser
- Potencia
- Propiedades del pulso láser
- Tamaño del haz
- Longitud de onda de la emisión junto con la tolerancia
Asimismo, es fundamental recalcar la aparición de daños irreversibles y los efectos perjudiciales para la salud que puede tener la exposición al láser:
- Ojos. Uno de los mayores peligros que puede presentar un haz láser es que su luz penetre en el ojo, puesto que se trata de uno de los órganos más sensibles a esta. Igual que una lente de aumento (por ejemplo, una lupa) puede concentrar la luz solar para quemar algo, el ojo también es capaz de concentrar la luz del haz láser en un punto muy reducido y así quemar la retina.
- Piel. El láser puede provocar daños en la piel a través de efectos fotoquímicos o a través de quemaduras térmicas, aunque estas últimas no sean frecuentes, ya que para que se produzcan es necesario estar expuesto a un haz de láser de alta energía durante un período de tiempo. Dependerá de la longitud de la onda para que el haz penetre en la dermis o la epidermis.
- Pulmones. Algunos tipos de láser, concretamente de tipo 3B y 4 crean una nube de contaminantes conocida como penacho cuando el haz y su objetivo interaccionan. Estos contaminantes químicos no solo afectan a la atmósfera de trabajo, sino también a la respiración de quienes la habitan.
De esta forma, algunos de los elementos de protección contra láser más seguros son:
- Cortinas y mamparas de seguridad. Bloquean el láser y mantienen protegidos tanto a trabajadores como a transeúntes. Son de quita y pon.
- Cremas.
- Gafas de seguridad. Protegen el puente nasal y los ojos, una de las zonas más sensibles al haz.
- Luminaria lineal UV para desinfección de COVID-19.
- Sistemas de aspiración. Filtran y extraen los humos generados durante el grabado y el corte del láser.
- Guantes de protección. Una protección contra láser dérmica para las radiaciones emitidas que protegen la parte del cuerpo con la se maneja el láser, las manos.